El policía fronterizo atrapa a la hija adolescente de un detenido, usa su encanto para seducirla. La madre se une, dejando a la adolescente con un amigo para explorar. El encuentro intenso sigue, dejándolos con más ansias.
En un escenario que haría estremecer a cualquier ciudadano respetuoso de la ley, un grupo espeluznante de novatos se encontró en problemas con la ley.El grupo descarado, dirigido por una zorra rubia y su amiga, fueron jalados por un oficial de patrulla de frontera severa.¿Su crimen?¿Excediendo el límite de velocidad, pero lo más importante, participar en un comportamiento bastante subido de vista.El oficial, su uniforme abultado de anticipación, decidió tomar el asunto en sus propias manos.Optó por una forma más poco convencional de castigo, una que involucraba a la madre rubia y a la hija de su amiga. Este último, una tentadora teen, se apresuró a sucumbir a los avances de los oficiales.Lo que siguió fue un encuentro caliente, un testimonio del apetito insaciable de los oficiales y de la sed insaciables de placer de las chicas.La escena fue un torbellino de lujuria y deseo, un marcado contraste con la severidad del uniforme que usaba el oficial.El encuentro dejó tanto al oficial como a la adolescente sin aliento, sus deseos satisfechos en la parte trasera del coche patrulla.Este fue un caso de justicia servida, pero no de la forma que cabría esperar.