Con un paquete pesado, me recreaba en el placer de dominar el coño ansioso de mis compañeras de cuarto.Nuestro dormitorio se convirtió en un parque de juegos de lujuria, culminando en un diluvio de satisfacción cremosa.
La vida dormitorio tiene sus ventajas, ¿verdad?Pues una de esas ventajas era ver a mi compañera de piso trabajar su magia en su jugoso coño.De vez en cuando, la pillaba masturbándose, su rostro una imagen de pura felicidad.Era una vista que nunca envejecía, y siempre me dejaba muy duro y listo para la acción.Así que, un día, decidí llevar las cosas al siguiente nivel.Suelté el cierre del pantalón, dejando ver mi enorme polla, y no perdí tiempo en sumergirla en su ansioso coño".La mirada en su rostro no tenía precio - una mezcla de sorpresa y placer.La follé duro y profundo, sus gemidos resonando en el dormidor.El clímax fue explosivo, con mi semen caliente llenando su apretado coño.Fue el mejor sexo de mi vida, y sabía que solo era el comienzo.La vida dormita nunca había sido tan excitante.