Mi amigo íntimo se unió inesperadamente a mí para una sesión de autocomplacencia.Inicialmente incómodos, pronto dejamos que nuestras inhibiciones resbalaran y nos entregamos a una exploración mutua de placer.
Como yo me estaba entregando a algún auto-placer, mi compañera cercana decidió unirse a la diversión.Ella siempre fue un poco provocativa, pero esta vez, la llevó a un nivel completamente nuevo.Empezó a tocarse, sus movimientos reflejando los míos.La habitación se llenó del dulce aroma del deseo, y el aire era grueso con la anticipación.No pude evitar excitarme con su presencia, cada movimiento enviando ondas de placer a través de mi cuerpo.Seguimos complaciéndose, nuestras acciones en perfecta sincronía.Era un espectáculo para contemplar, dos cuerpos se entrelazaron en un baile de éxtasis puro.El clímax era explosivo, nuestro placer compartido nos dejaba a ambos sin aliento y satisfechos.Fue un momento de pura felicidad, un testimonio del poder de la amistad y la belleza del placer compartido.