Mis vecinos calientes y cachondos. Su gran coño y su clítoris goteando son irresistibles. No puedo resistirme a follarla. Nos volvemos locos, nos desnudamos y ambos nos corremos duros.
Mis vecinos llevaban semanas observándome.Tenía un cuerpo para morir, todo curvilíneo y sexy.Sabía que tenía que tenerla, y cuando por fin me invitó a casa, ya estaba lista.Empezamos despacio, desnudándonos mutuamente, explorando las manos cada centímetro de la piel.Su coño ya estaba goteando con anticipación, y no aguantaba las ganas de hundirle mi palpitante verga.La vista de su musculoso cuerpo y mi gorda verga crearon un contraste erótico que era difícil de resistir.Mientras me la follaba, los labios de su coño se hinchaban engulliendo mi verga. La vista de mi verga desapareciendo en su húmedo y cremoso coño fue suficiente para hacer que cualquiera perdiera el control.El clímax fue explosivo, dejándonos a ambos jadeando y satisfechos.La visión de mi polla todavía enterrada en ella, su ropa se rasgó, fue el final perfecto para nuestro apasionado encuentro.