Las travesuras de Halloween llevan a un caliente descubrimiento cuando mi vecino me observa disfrutando del placer anal con un consolador. Este encuentro enciende la excitación, lo que lleva a la masturbación mutua y un clímax compartido.
¿Qué podía ser más rápido que una noche de Halloween llena de lujuria y deseo?Al regresar a casa de una fiesta de disfraces salvajes, no pude resistir las ganas de disfrutar de algo de auto-placer.Sin saberlo, mi vecina estaba observando ansiosamente cada uno de mis movimientos desde el otro lado de la calle.Decidí poner un espectáculo, alcanzando mi juguete anal favorito.La brisa fresca y la emoción de ser observado solo agudizaron mi excitación.Deslizaba el juguete profundamente en mi culo apretado, mi cuerpo se estremecía de placer cuando comencé a follarme.La vista de mi agujero húmedo y palpitante siendo estirado era suficiente para dejar a cualquiera salvaje.Mientras continuaba complaciéndome, podía sentir mi orgasmo construyendo.Con una embestida final, solté una carga caliente, mi leche eyaculando en el aire.La vista del semen salpicando por todo mi gran culo era una vista para contemplar.¡Qué manera perfecta de terminar una noche de halloween!.