La suerte de un joven ladrón se acabó cuando lo pillaron robando a una mujer caliente. Como castigo, ella lo hizo darle placer con su boca antes de tomar el control, haciéndolo su juguete sumiso.
En un atrevido acto de travesura, un joven ladrón se mete en una lujosa morada, inconsciente de las duras consecuencias que le esperan.El dueño de casa incauto atrapa a la audaz adolescente en el acto, lo que lleva a un acalorado intercambio de palabras y una dura advertencia.Sin embargo, el castigo no termina ahí.El perpetrador se ve obligado a soportar un humillante examen oral, despreciando la atención sobre el miembro palpitante de los propietarios de viviendas insatisfechos.La retribución continúa cuando el joven delincuente es sometido a una penetración apasionada del apretado e invitante culo, sin dejar dudas sobre la gravedad del crimen cometido.El encuentro crudo e intenso deja al ladrón con una lección valiosa, un trasero arrasado y un recuerdo duradero de la noche que cruzaron una línea que pronto lamentarían.